Una violencia silenciosa dentro de los hogares guatemaltecos

La violencia doméstica es un mal cada vez más común dentro de los hogares guatemaltecos en donde las mujeres y menores de edad son las principales víctimas, sin embargo es un tema que poco se discute abiertamente, por lo que se perfila como un problema difícil de resolver mientras que no se promueva la cultura de la denuncia y se combata la impunidad.

La agrupación Jóvenes por Guatemala propone la campaña Rompe el Ciclo La Violencia Deja Marca. ARCHIVO

La agrupación Jóvenes por Guatemala propone la campaña Rompe el Ciclo La Violencia Deja Marca. ARCHIVO

Parte de la complejidad del problema surge porque en la mayoría de casos, el victimario -esposo o padre- tiene una relación directa y cercana con las víctimas -esposa o hijos-.

Esto hace suponer que hay una dependencia económica, psicológica y hasta “social”, que dificulta a la víctima de violencia doméstica denunciar las agresiones de su victimario, explica la activista por los de la mujer, Nora Recinos.

Eso recae en que no se puede precisar el número de mujeres y menores de edad -y en algunos casos, hombres- que sufren agresiones dentro de su hogar. La única cifra disponible sobre el tema se refiere a las denunciantes.

La Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y contra las Mujeres (Conaprevi) reveló que cada vez más mujeres se atreven a denunciar cuando son víctimas de violencia doméstica.

Mientras que en 2007 se registraron 21 mil 153 denuncias, en 2008 fueron 23 mil 721 el total de acusaciones que fueron presentadas en organizaciones que velan por los derechos de la mujer.

Entre los casos de violencia intrafamiliar registrados en el 2008, el Centro Nacional de Análisis y Documentación Judicial (Cenadoj) revela que ascienden a 54 mil 398, mientras que en el 2009 se muestra también un incremento porque las denuncias ingresadas llegaron a 64 mil 355.

La variación de casos presentados por delitos cometidos en contra de niñas y adolescentes también es positiva, según el Cenadoj, es decir, que mientras en el 2008 solamente hubo 80 denuncias, para el 2009 aumentaron a 114.

LAS SILENCIOSAS

Lucía Muñoz, de la organización Mujeres Iniciando en las Américas y promotora de la campaña Hombres contra Feminicidio, refiere que las cifras oficiales son un claro indicador de que el problema de la violencia doméstica no trasciende de los hogares guatemaltecos.

“Podemos hacer un análisis de la cultura guatemalteca, las costumbres y la historia, y eso nos permite saber que 64 mil casos es un número muy reducido”, refiere.

De acuerdo con Muñoz, la violencia se manifiesta principalmente con las agresiones físicas, pero no por ello son menos relevantes “los gritos, el despojo de los bienes, la represión e incluso, las preferencias que se tienen hacia los varones dentro de los hogares”.

Aunque el problema se manifiesta en todo el país, la activista considera que se puede “transformar la realidad” a partir de programas educativos, para niños, niñas, adolescentes y sobre todo, para funcionarios, agentes de seguridad y operadores de justicia, “quienes de manera consciente o inconsciente cometen actos de violencia de género”.

Hombres contra Feminicidio desarrolla programas de formación en escuelas e institutos públicos, en la Universidad de San Carlos y en la Academia de la Policía Nacional Civil. “El apoyo de instituciones gubernamentales es muy importante, pero hasta ahora no hemos recibido una respuesta de ese sector”, puntualizó Morales.

POR LA IGUALDAD

La campaña de Unicef, Te toca ponerle fin a la violencia contra la niñez, es otra importante iniciativa que contempla la sensibilización social como componente básico para evitar las agresiones contra los menores de edad.

En importantes puntos del país se encuentran mensajes que llaman a evitar cualquier forma de agresión contra la niñez, y a participar activamente para garantizar el respeto a los derechos fundamentales de esa población.

Otra iniciativa para combatir la violencia doméstica es desarrollada por la agrupación Jóvenes por Guatemala, que propone la campaña Rompe el Ciclo La Violencia Deja Marca.

Pedro Cruz, representante de la organización juvenil, refiere que el proyecto promueve que los guatemaltecos se comprometan “consigo mismos” para acabar con cualquier forma de violencia doméstica.

Para extender el alcance de la campaña, Cruz y junto con un equipo de Jóvenes por Guatemala recorren las universidades del país para concienciar a los estudiantes del nivel superior sobre el problema.

Sin embargo, el proyecto está dirigido a todos los guatemaltecos. “Creo que podemos hacer una diferencia si nos proponemos cambiar y comprometernos a rechazar la violencia”, puntualiza Cruz.

“Creo que podemos hacer una diferencia si nos proponemos cambiar y comprometernos a rechazar la violencia”. Pedro Cruz, Jóvenes por Guatemala


http://www.lahora.com.gt/notas.php?key=75555&fch=2010-10-30

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