El sexo débil se arma, y no solo de valor

Su mejor ataque dejó de ser la seducción. Los delincuentes no esperan que las mujeres anden armadas.

Maby López | Nacional, Diario de Centro América

Amas de casa, profesionales, estudiantes, vendedoras… No importa la profesión. Lo cierto es que, por la inseguridad que se vive en el país, cada día las mujeres están optando por armarse y defenderse a sí mismas como a su familia.

En la actualidad, la Dirección General de Control de Armas y Municiones (Digecam) da cuenta de 9,200 armas registradas y 7,500 licencias de portación emitidas al sexo débil, lo que representa el 4% de todos los registros.

El subdirector de la Digecam, Guillermo Mejía, señala que, aunque no es muy común que, una mujer se acerque a la institución, cada día existe más interés por parte de las féminas de portar un arma.

De acuerdo con el funcionario, lo que las motiva a armarse es la necesidad de sentirse seguras y protegidas, pues muchas de ellas son propietarias de negocios fincas, o en determinado momento fueron víctimas de la

delincuencia. Mejía explicó que el tipo de armas preferidas por la población femenina son las pistolas y los revólveres, aunque las primeras tienen más preferencia, así como que los calibres más usuales son 9 y 22 milímetros.

Según él, generalmente las más cotizadas son las de 9 milímetros y compactas, pues se hace más práctico llevarlas en las bolsas, chequeras y el auto.

“No creo que sea capaz de sacar un arma y disparar, pero sí les da una sensación de seguridad”, expresa Mejía.

La información señala que muchas de ellas no han sido capacitadas profesionalmente. Algunas han disparado porque les han enseñado el esposo o los hijos para utilizarlas en determinando momento cuando estén solas.

Rudy Flores, dependiente de mostrador de una armería ubicada en la zona 9, coincide en que las que más venden a féminas son las 9 milímetros, las cuales pueden costar desde Q4,500 hasta Q12,000, dependiendo de la marca y el estilo.

Un arma de dos filos

Ana María de Klein, de Madres Angustiadas (MA), considera que para portar “se debe saber como usarla, tener la sangre fría y la habilidad para defenderse, pues ello significa que en determinado momento va a tener que disparar contra otra persona”.

La activista coincide con Rosario Escobedo, del Sector de Mujeres, en que su portación no es una solución para enfrentar la delincuencia. Por el contrario, se debe exigir a las autoridades competentes brindar la seguridad y protección de todos los ciudadanos.

“La violencia no se resuelve con que nos armemos. Eso también es violencia. No creo que un arma dé seguridad. Como mujer me da protección andar en un país donde se respeten mis derechos individuales y colectivos”, señaló Escobedo.

http://dca.gob.gt:85/archivo/20100208/nacional5.html

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