Opinión:EMBARAZOS NO DESEADOS, UN MAL EN AUMENTO

Luis E. Marroquín Godoy / lmarroquing@sigloxxi.com

200902082218-luis-marroquinTodos debemos enseñar cómo enfrentar esos embarazos no deseados y que muchas son niñas cuidando a niños.

Mientras la legalización o no del aborto continúa siendo en tema de debate en todo el mundo, como pudimos ver en España esta semana, en Guatemala observamos con preocupación que aumentan los embarazos en adolescentes, según un estudio publicado ayer en Prensa Libre, producto de una deficiencia en la educación sexual.

El gobierno socialista español aprobó recientemente una reforma a la Ley del aborto, en el cual sitúa en 16 años la mayoría de edad para decidir la interrupción voluntaria del embarazo. ¡Dios mío, si a esa edad todavía son niñas! Si a los 16 años, es cuando todavía empiezan a abrirse a la vida adolescente y ya tienen qué decidir sobre la vida o la muerte, en algo estamos fallando los seres humanos.

Miles de españoles se manifestaron contra esta medida, pero aquí, en Guatemala, siempre nos cuesta enfrentar nuestros problemas. Este año, según el estudio en referencia, realizado por el Observatorio de Salud Reproductiva, cerca de 40 mil menores, a los 19 años habrán quedado embarazadas, es decir 40 mil niñas a las que les cambiará la vida.

Como siempre sucede en Guatemala, hay una Ley aprobada de Planificación Familiar pero no se cumple por falta de un “reglamento”. Esto porque ha sido una Ley no consensuada con todos los sectores de la sociedad y así como muchas otras leyes, no se cumple. Esta ley fue duramente cuestionada por varios sectores, encabezados por la Iglesia Católica.

Algo tenemos que hacer; tenemos que retomar valores y principios éticos y morales, que permitan a nuestros niños y jóvenes un futuro mejor. Muchas de estas adolescentes que quedarán embarazadas, a riesgo de su vida, tomarán la decisión de abortar, de quitarle la vida a un ser humano, a una criatura de Dios.

Hay que educar, hay que enseñarles la importancia de cuidarse, de abstenerse de relaciones sexuales a una edad temprana o cuando menos retrasarlas lo más posible. No hay otra forma. Ya no podemos creer que sin educación vamos a resolver este grave problema de nuestra sociedad. De nuevo, lo que tenemos que hacer es preocuparnos de qué les vamos a enseñar y cómo se los vamos a enseñar, pero no podemos seguir a la espera.

La Iglesia Católica nos enseña (yo soy católico), que sólo Dios puede disponer de la vida de un ser humano, y desde la concepción existe un ser humano en el vientre de las madres. Pero todos debemos enseñar de acuerdo a los tiempos actuales cómo enfrentar que muchos de esos embarazos son no deseados y que muchas son niñas cuidando a niños.

Me impactaron muchos los datos de la publicación: la mayor tasa de niñas embarazadas afecta a las poblaciones de menores recursos, donde tienen menor acceso a la educación. En Guatemala el 16.55% de casos de mortalidad materna ocurre en menores de 19 años. Nuestro país tiene una de las tasas más altas de Latinoamérica de fecundidad en adolescentes, 114 nacimientos por cada mil niñas. Es una tragedia que no podemos dejar de enfrentar.

Cada vez somos más seres humanos, estamos sobrepoblando el mundo, debemos pedir a Dios que nos ayude para enfrentar este problema, que nos dé su sabiduría para ayudar a nuestras niñas y nuestros niños.


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