Una violencia silenciosa dentro de los hogares guatemaltecos

La violencia doméstica es un mal cada vez más común dentro de los hogares guatemaltecos en donde las mujeres y menores de edad son las principales víctimas, sin embargo es un tema que poco se discute abiertamente, por lo que se perfila como un problema difícil de resolver mientras que no se promueva la cultura de la denuncia y se combata la impunidad.

La agrupación Jóvenes por Guatemala propone la campaña Rompe el Ciclo La Violencia Deja Marca. ARCHIVO

La agrupación Jóvenes por Guatemala propone la campaña Rompe el Ciclo La Violencia Deja Marca. ARCHIVO

Parte de la complejidad del problema surge porque en la mayoría de casos, el victimario -esposo o padre- tiene una relación directa y cercana con las víctimas -esposa o hijos-.

Esto hace suponer que hay una dependencia económica, psicológica y hasta “social”, que dificulta a la víctima de violencia doméstica denunciar las agresiones de su victimario, explica la activista por los de la mujer, Nora Recinos.

Eso recae en que no se puede precisar el número de mujeres y menores de edad -y en algunos casos, hombres- que sufren agresiones dentro de su hogar. La única cifra disponible sobre el tema se refiere a las denunciantes.

La Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y contra las Mujeres (Conaprevi) reveló que cada vez más mujeres se atreven a denunciar cuando son víctimas de violencia doméstica.

Mientras que en 2007 se registraron 21 mil 153 denuncias, en 2008 fueron 23 mil 721 el total de acusaciones que fueron presentadas en organizaciones que velan por los derechos de la mujer.

Entre los casos de violencia intrafamiliar registrados en el 2008, el Centro Nacional de Análisis y Documentación Judicial (Cenadoj) revela que ascienden a 54 mil 398, mientras que en el 2009 se muestra también un incremento porque las denuncias ingresadas llegaron a 64 mil 355.

La variación de casos presentados por delitos cometidos en contra de niñas y adolescentes también es positiva, según el Cenadoj, es decir, que mientras en el 2008 solamente hubo 80 denuncias, para el 2009 aumentaron a 114.

LAS SILENCIOSAS

Lucía Muñoz, de la organización Mujeres Iniciando en las Américas y promotora de la campaña Hombres contra Feminicidio, refiere que las cifras oficiales son un claro indicador de que el problema de la violencia doméstica no trasciende de los hogares guatemaltecos.

“Podemos hacer un análisis de la cultura guatemalteca, las costumbres y la historia, y eso nos permite saber que 64 mil casos es un número muy reducido”, refiere.

De acuerdo con Muñoz, la violencia se manifiesta principalmente con las agresiones físicas, pero no por ello son menos relevantes “los gritos, el despojo de los bienes, la represión e incluso, las preferencias que se tienen hacia los varones dentro de los hogares”.

Aunque el problema se manifiesta en todo el país, la activista considera que se puede “transformar la realidad” a partir de programas educativos, para niños, niñas, adolescentes y sobre todo, para funcionarios, agentes de seguridad y operadores de justicia, “quienes de manera consciente o inconsciente cometen actos de violencia de género”.

Hombres contra Feminicidio desarrolla programas de formación en escuelas e institutos públicos, en la Universidad de San Carlos y en la Academia de la Policía Nacional Civil. “El apoyo de instituciones gubernamentales es muy importante, pero hasta ahora no hemos recibido una respuesta de ese sector”, puntualizó Morales.

POR LA IGUALDAD

La campaña de Unicef, Te toca ponerle fin a la violencia contra la niñez, es otra importante iniciativa que contempla la sensibilización social como componente básico para evitar las agresiones contra los menores de edad.

En importantes puntos del país se encuentran mensajes que llaman a evitar cualquier forma de agresión contra la niñez, y a participar activamente para garantizar el respeto a los derechos fundamentales de esa población.

Otra iniciativa para combatir la violencia doméstica es desarrollada por la agrupación Jóvenes por Guatemala, que propone la campaña Rompe el Ciclo La Violencia Deja Marca.

Pedro Cruz, representante de la organización juvenil, refiere que el proyecto promueve que los guatemaltecos se comprometan “consigo mismos” para acabar con cualquier forma de violencia doméstica.

Para extender el alcance de la campaña, Cruz y junto con un equipo de Jóvenes por Guatemala recorren las universidades del país para concienciar a los estudiantes del nivel superior sobre el problema.

Sin embargo, el proyecto está dirigido a todos los guatemaltecos. “Creo que podemos hacer una diferencia si nos proponemos cambiar y comprometernos a rechazar la violencia”, puntualiza Cruz.

“Creo que podemos hacer una diferencia si nos proponemos cambiar y comprometernos a rechazar la violencia”. Pedro Cruz, Jóvenes por Guatemala


http://www.lahora.com.gt/notas.php?key=75555&fch=2010-10-30

Violencia contra mujeres crece 4% tras Ágatha

Estudio toma de muestra a mujeres de 10 departamentos. Análisis señala que antes de la tormenta, el 22.5% sufría de algún tipo de violencia, después, subió a 26.1%.

Wendy Moctezuma: wmoctezuma@sigloxxi.com

DATOS. Catalina López, Leonor Calderón, Sonia Escobedo y Olinda Xocop, representantes de las organizaciones presentan el informe sobre la violencia contra las mujeres. Foto: Félix Acajaabón/S.21

DATOS. Catalina López, Leonor Calderón, Sonia Escobedo y Olinda Xocop, representantes de las organizaciones presentan el informe sobre la violencia contra las mujeres. Foto: Félix Acajaabón/S.21

El informe preliminar de evaluación del impacto en los medios de vida de las mujeres afectadas por la tormenta Ágatha, realizado por la Secretaría Presidencial de la Mujer (Seprem), con el apoyo de Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), evidencia que las mujeres de 30 municipios en 10 departamentos, sufren 4% más de violencia en comparación a la cifra obtenida antes del fenómeno climático.

La titular de la Seprem, Sonia Escobedo, informa que antes de la tormenta, la violencia contra la mujer estaba cifrada en 22.5%, pero después aumentó a 26.1%, en aspectos físicos, psicológicos y emocionales en los departamentos donde la tormenta causó mayores estragos, como Chimaltenango, Sololá, Quiché, El Progreso y Suchitepéquez,  entre otros.

Escobedo lamenta esta situación, ya que “no existen programas que eviten estas situaciones de riesgo”, por lo cual se busca que dentro del Plan de Reconstrucción con Transformación puedan designarse fondos para capacitar a las mujeres para que no dependan de un cónyuge, por medio de la reactivación económica, talvez con algún negocio.

EN CIFRAS: 7% de hijos de víctimas de la tormenta Ágatha no retomaron sus estudios, lo que catalogan de violencia económica.

Abandonaron la escuela

El estudio también arroja que el 7% de los hijos de las víctimas no habían podido retomar sus estudios. Según las encuestas, el 40% de niños estudiaba antes de la tormenta; después, sólo el 33.1%.

Estas cifras de violencia económica, según la representante UNFPA, Leonor Calderón, no deberían de darse y podrían ser eliminadas con programas de desarrollo social que realmente busquen alternativas para que las mujeres puedan sobresalir en forma autosostenible. “Hay que apostarle a programas que fortalezcan la labor de la mujer y las ayude n a desarrollarse”, indica.

http://www.sigloxxi.com/nacional.php?id=21725

Could Guatemala become a failed state?

The Central American state of Guatemala is one of the most dangerous countries on earth. It is the major transit route for drugs from Colombia to Mexico and on, into the United States, a trade that involves vicious gangs from Guatemala itself and the region.

There are fears inside and outside the country that Guatemala is in danger of becoming Latin America’s first failed state, with organised crime corrupting many national institutions. Zeinab Badawi reports from the capital, Guatemala City.

Watch video here: http://news.bbc.co.uk/2/hi/programmes/world_news_today/9107861.stm

LIBRO: No olvidamos ni aceptamos: Femicidio en Centroamérica 2000-2006

No olvidamos ni aceptamos: Femicidio en Centroamérica 2000-2006

Ana Carcedo, Coordinadora.


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Introducción

La escalada de homicidios1 de mujeres que se vive en Centroamérica, particularmente en El Salvador, Honduras, Guatemala y, -en menor medida-, República Dominicana, así como la crueldad con que estas muertes son ejecutadas, plantean una serie de interrogantes que aún no son respondidos. Denunciadas inicialmente por las organizaciones feministas y en general por el movimiento de mujeres, la preocupación por estas muertes se ha extendido a otros sectores, en particular a las organizaciones de derechos humanos, los gobiernos de la región y los organismos internacionales.

El ensañamiento con que muchas de estas muertes de mujeres son cometidas muestra que no se trata de homicidios casuales o producto de encuentros esporádicos. La crueldad deja entrever la existencia de relaciones cargadas de contenidos y significados. Expresa en ocasiones un odio misógino, en otras la necesidad de borrar las huellas del vínculo entre la mujer y su victimario o la urgencia por borrar la identidad misma de la mujer. Se trata de un lenguaje que es necesario descifrar si queremos detener las muertes de mujeres y en particular esta escalada que estamos viviendo en la región.

Los homicidios de mujeres, y en particular los femicidios, ocurren y han ocurrido en todas las sociedades y en todos los tiempos. Sin embargo, como comprobamos a lo largo de esta investigación, asistimos a un trágico fenómeno inédito en la región, al menos en la historia reciente. Se trata de una escalada de homicidios de mujeres que parece no tocar techo y que es, por otra parte, de origen reciente. En menos de una década Guatemala, Honduras y El Salvador duplican sus tasas de homicidios de mujeres, despegándose de un nivel histórico que parece haber sido común a todos los países de la región.

Esta situación nos enfrenta al reto antes que nada ético de detener esta carrera mortal. Y por eso también nos exige reacciones rápidas y certeras, para impedir que esta escalada eche raíces y logre instalar en forma definitiva las dinámicas que la alimentan. De lo contrario, los escenarios que favorecen estas muertes se enraizarán en el entramado social, los actores que las causan encontrarán sus espacios y formas de sobrevivencia, y las lógicas de muerte se harán cada vez más complejas y difíciles de erradicar.

Esta investigación intenta aportar en este sentido. Plantea algunas preguntas necesarias para entender este problema, y trata de dar respuestas, aunque son muchos los interrogantes que siguen abiertos. No hay duda de que se trata de una escalada de homicidios, pero ¿es también una escalada de femicidios? Es decir, este aumento desmedido de muertes violentas e intencionales de mujeres ¿es parte de una violencia generalizada o es expresión particular de la condición de subordinación que las mujeres vivimos en la sociedad? ¿Qué está generando esta escalada? ¿Por qué ahora? ¿Por qué se da en Guatemala, El Salvador y Honduras pero no en Costa Rica, Panamá o Nicaragua? ¿Será que en estos países no se da aún? Y sobre todo ¿cómo podemos actuar como sociedades, y cómo pueden actuar los Estados para en forma inmediata detener esta escalada? ¿Se podrá hacer algo en este sentido o la batalla está perdida?

Para responder estas preguntas se requiere ir más allá del conteo de homicidios de mujeres. Es necesario conocer quiénes eran estas mujeres, quiénes sus victimarios, los contextos en que se movieron y relacionaron, las circunstancias en que las mataron.

Hemos construido para esta investigación el concepto de escenario de femicidio para saber si aquellos homicidios que son femicidios responden a las relaciones y contextos de poder y control masculino -la pareja, la familia, el ataque sexual- presente en todas las sociedades, o si bien han surgido nuevos contextos y dinámicas regionales que favorecen esta forma extrema de violencia contra las mujeres. Y de ser así, cuánto de la escalada de homicidios se debe a la aparición de estos nuevos escenarios.

Para analizar con mayor profundidad estos escenarios de femicidio, así como algunas respuestas estatales y sociales frente a ellos, se han desarrollado en esta investigación 9 estudios de caso que permiten tener un mejor panorama del contexto regional en que se da esta escalada de muertes de mujeres. Estos  estudios de caso conforman la segunda parte de esta publicación. Algunos de estos estudios cualitativos se refieren a femicidios ocurridos después de 2006. La razón es que se trata de casos particularmente ilustrativos sobre la forma en que operan algunos escenarios. Esto permite conocer mejor el trasfondo detrás de la escalada de femicidios en la región, ya que estos escenarios están operando al menos desde inicio del siglo.

Lamentablemente no todas las preguntas pueden ser hoy respondidas con la información disponible. Y algunas respuestas que aventuramos carecen de la precisión que quisiéramos por la misma razón. La falta de información se levanta como el mayor obstáculo para conocer mejor este problema y por tanto para poder enfrentarlo en forma adecuada y efectiva. Esta deficiencia no es de carácter simplemente académico. La razón fundamental por la que no contamos con la información necesaria es la falta de investigación policial y judicial en gran parte de estos homicidios. Esto impide que se haga justicia en cada muerte femenina particular que no se investiga, y obstaculiza la identificación de acciones que podrían garantizar la seguridad de las mujeres.

Los problemas de información no pueden detenernos ni a las investigadoras, ni a los estados y a las sociedades, en el necesario y urgente camino de entender mejor qué está pasando y actuar en forma eficiente para cambiar el curso de los acontecimientos. Los datos que esta investigación recoge, y los que aquí se ofrecen, deben ser entendidos como una aproximación al problema, y desde una perspectiva histórica, como provisionales. Continuamente sale a luz nueva información que aumenta las estadísticas y aclara dudas, y esto hace variar las cifras, porque la vida, la muerte y la violencia no se dejan encerrar en un cuadro estadístico petreamente concluido2. Sin embargo, la abundancia de información rescatada, a pesar de los vacíos, así como la persistencia de ciertas tendencias que algunos datos muestran en esta investigación, son suficientes para extraer conclusiones valiosas. Se trata de leer este documento considerando que tanto los datos estadísticos como los análisis cualitativos que se presentan conforman la radiografía que, en relación al femicidio en la región, se ha podido tomar en los años en que se ha desarrollado este estudio.

Justo es señalar que desde que se inició esta investigación, las autoridades de la mayoría de los países incluidos en ella han tomado conciencia de la necesidad de definir e implementar una política de investigación y registro adecuada. En algunos se han creado comisiones y en ocasiones instancias judiciales especiales, se han redefinido categorías, se han diseñado formas de registro, o en general se han implementado acciones que indican un mayor interés sobre este grave problema. Son avances que hay que celebrar, y que es necesario consolidar en políticas permanentes, ya que muchas veces son conquistas frágiles3. Solo prosiguiendo en este sentido se podrá demostrar que en nuestros países sí importa este problema y no es la falta de voluntad política lo que impide que se enfrente en forma eficiente.

Con esta investigación esperamos, en el aspecto académico, dejar el camino abierto para seguir profundizando en torno a los femicidios, los homicidios de mujeres y su escalada en Centroamérica y República Dominicana. Los hallazgos que aquí se presentan son, además, valiosos insumos para definir políticas, así como para diseñar acciones concretas dirigidas tanto a prevenir como a investigar, perseguir y sancionar el femicidio en la región.

1 Salvo que se indique lo contrario, se utiliza en este estudio el término homicidio en un sentido general, como toda muerte violenta e intencional que una o unas personas provocan a otra. Cuando se requiera se utilizarán los tér- minos jurídicos correspondientes a los tipos incluidos en los Códigos Penales de cada país.

2 Usualmente distintas fuentes oficiales tienen diferentes datos sobre los homicidios cometidos en un país en un mismo año. Aunque pudiera esperarse y desearse lo contrario, las cifras oficiales sobre estos delitos no están siempre claramente establecidas. De hecho en esta investigación las investigadoras de la mayoría de los países encontraron un número mayor de homicidios de mujeres que los establecidos en algunas fuentes oficiales.

3 Lo que se ha podido comprobar con el golpe de Estado en Honduras el 28 de junio de 2009; la Fiscalía de la Mujer fue disuelta y los homicidios de mujeres dejaron de ser tratados como especiales y volvieron a investigarse como delitos comunes.

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Contenido:

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Experimentation

By Lucia Muñoz

M.I.A. | Executive Director and Founder

To call these experiments “a dark chapter in U.S. history” is to pretend that it is over. Today, as the U.S. government mulls indefinitely over granting TPS to Guatemalan citizens while their homeland is besieged by natural disasters, as it continues exploitative economic policies that mine the labor of Guatemalan workers, it reminds us that even today the Guatemalan body and voice are expendable.

Last Thursday, U.S. Secretary of State Hilary Clinton revealed that 700 Guatemalan citizens, soldiers, prisoners, sex workers, and mentally disabled patients were infected with syphilis and gonnorhea by the United States government between 1946 and 1948.

While MIA understands that neither the current administration, nor the American people are directly responsible for what President Colom has called ‘crimes against humanity’, we feel strongly that this “experimentation” is symptomatic of the arrogance and disregard for the autonomy of others that has characterized not only terrible scientific judgments, but also the U.S.’s diplomatic relations with the nations of Latin America and the Global South.

The metaphor of the octopus, headed by the United Fruit Company with tentacles of power and influence entangling nearly every aspect of the governance and economy of Guatemala, has long been a popular image to describe the nefarious reaches of the United States in this nation. This latest, shocking revelation reminds us that these tentacles were not abstract or white collar machinations, the tentacles invaded the most intimate regions of body and soul. They scratched the cheeks and arms of Guatemalans, broke their skin and forced disease into their veins. These were acts that knowingly abused power and privilege, that victimized the marginalized, that invaded bodies and destroyed lives less precious than those of Americans.

The asymmetry of power and knowledge between the scientists, guardians of wisdom, and representatives of authority, and the “test subjects” selected because their agencies were compromised in the face of such authority by their citizenship and their positions in society, is not confined to experiments, nor to the past.

To call these experiments “a dark chapter in U.S. history” is to pretend that it is over. Today, as the U.S. government mulls indefinitely over granting TPS to Guatemalan citizens while their homeland is besieged by natural disasters, as it continues exploitative economic policies that mine the labor of Guatemalan workers, it reminds us that even today the Guatemalan body and voice are expendable.

The Guatemalan Peace and Development Network has called on the United States to immediately comply with three proposals, to establish a fund of compensations (reparations) to the families of those who were affected by these trials; to immediately grant TPS for Guatemalans in the United States as a show of good will; and to put in place an economic plan comparable to the Marshall Plan, which would allow the countries ravaged by decades of civil wars instigated and funded by successive U.S. administrations to finally and definitively recover from years of economic turmoil.

MIA does not seek to hold individual Americans responsible for decades of exploitation. But it is time the United States take responsibility not only for the individuals harmed by these trials, but by the families, communities, and indeed, nations who live under the shadow of arrogant, self-interested U.S. decisions. It is time for the United States to accept that Guatemalans, regardless of their station in life, are endowed with the same rights and merit the same dignity as any U.S. citizen.

We call on the U.S. government to back up its words of contrition with concrete actions, and to stand with Guatemalans, to show us that a Guatemalan body and a Guatemalan voice are just as precious as any other, to help us turn the dying tentacles which sucked us dry into roots that nurture our growth.

Guatemala, September 2 – 12, 2010

By Daniel Velásquez

I was in Guatemala from September 2 to the 12 to support the work M.I.A. is currently performing in regards to Campaña Hombres Contra Feminicidio (Men Against Feminicide) and raising awareness among civil society organizations of the country’s needs for a Temporary Protection Status (TPS).

Training for Trainers

My first assignment was to lead a workshop for the Campaign facilitators. M.I.A. has recruited about 12 young college students from USAC to facilitate the campaign workshops at the National Police Academy, an elementary school in zone 8 and USAC itself.

Facilitators preparing for a presentation
Facilitators preparing for a presentation

My workshop focused on developing better presentation skills and introducing evaluation techniques. Part of the exercises were to lead a workshop and have a feedback session to identify strengths and weaknesses in their skills.

The facilitators were motivated throughout the workshop. Their excitement was noticeable, specially when they had to make posters for their presentation.

Two facilitators presenting.
Two facilitators presenting.

There was also a chance for Simón Pedroza, a poet and former facilitator, to share his experience with the Campaign.

Simon Pedroza speaking to facilitators
Simon Pedroza, left,  speaking to facilitators

The workshop ended with an evaluation of this same workshop. Among the feedback was the need the facilitator feel for more similar workshops.

Bus Driver Widows

In Guatemala City, many bus drivers have been killed by gangs that demand money for letting them work in the neighborhood the gangs themselves control. (Read more here)

For the past two months, M.I.A. has been meeting with a group of 5 bus driver widows and worked on ways for them to  empower and help themselves have financial stability under the new circumstances. Many of these women have had little education and live in neighborhoods considered very dangerous. M.I.A. recruited two young women to help these women come up with a plan. After a few meetings, they decided to get training to start their own small business. M.I.A. gave these 5 women a micro credit to help them get their business started.

During this trip, I had the opportunity to visit one of the widows and learn first hand about her work. Both of the women we visited are managing their own food stand outside their homes. Among the feedback collected is the need for the women to get more training in accounting and managing their expenses and counting their profits.

M.I.A. volunteers evaluate the developing of the microcredit.
M.I.A. volunteers evaluate the developing of the microcredit.

M.I.A. volunteers visit another of the microcredit receipients.
M.I.A. volunteers visit another of the microcredit receipients.

Although the financial benefits of the micro credit will take a few months to show, the impact they have on the receipients are noticed immediately. The opportunity M.I.A. offers with the micro credit gives these women a boost to their self esteem: independence, control, confidence and a sense of pride and ownership for what they do.

Speaking Immigration at Canal VEA

Through Lucia Muñoz, M.I.A. Executive Director, I was invited to speak live on TV at a local cable channel, VEA Canal. The show was called “Conversemos” and was conducted by Karina Gonzalez de Rottmann. The topics of conversation were about the Temporary Protection Status (TPS), the xenophobic environment for Guatemalans in the U.S. and also the financial and emotional price of migrating from Guatemala to the U.S.

Vea Canal studios.
Vea Canal studios.

The overall interview went really well. However, I had to explain to Karina about my background as an immigrant and how I relate and get myself involved  in the issues of those Guatemalans who live in the U.S. undocumented. I assumed I was not the stereotypical immigrant man he expected to meet.

The HCF Campaing at I.N.C.A.

During the month of September, M.I.A. was most active with the Hombres Contra Feminicidio Campaing at the all-female Instituto Normal para Señoritas Centro América, I.N.C.A. I had the opportunity to co-faciliate workshops there with Lucía Muñoz and Ana L. The topic for that week was sexual harassment.

Lucia Muñoz introduces the topic of sexual harrassement to the students.

Lucia Muñoz introduces the topic of sexual harassment to the students.

The workshop made emphasis on the different ways that sexual harassment occurs. Students discovered that harassment often depends on the circumstances in which it happens and that when it does happen, it is due to a power inequality. They were also made aware of the harassment as something unwanted, discriminatory based on gender and sexual orientation, and it also creates an unhealthy emotional and physical environment for the victim. We also discussed how harassment is an expression of authority and power through sex.

Ana and me explaining to the class the workshop's methodology.

Ana and me checking with the class the workshop's exercise.


Meetings at the Human Rights Ombudsman office

M.I.A. and the GPDN, represented by Lucía Muñoz and myself, respectively, met with the representative of Migrant Affairs at the Guatemala Human Rights Ombudsman office in order to coordinate a letter from the civil society and the Catholic church to the Guatemala President, Alvaro Colom, asking  to pressure more the U.S. in asking for the TPS for Guatemalans in the U.S.

There were two more meetings to polish the content of the letter. It was delivered by activist and representatives of M.I.A. and GPDN on September 24 at the Presidential Palace. Prensa Libre reported on the event here.

Meeting Estudios Tecomate

Lucia Muñoz and I had a chance to meet Abner García from Estudios Tecomate and present to him the Hombres Contra Feminicidio campaign. Among the ideas that were discussed there were Abner’s own: podcasts.

Although podcasts are new territory for M.I.A., and me personally, I offered to write a script for the first show. Abner volunteered his time and expertise in audio technology to produce the shows.

The best part of working with Abner is his professionalism and quick delivery. In less than a month now M.I.A. has its first podcast AVAILABLE HERE. (spanish only)

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Daniel Velásquez is Guatemalan and a member of the Guatemala Peace and Development Network. Daniel has helped M.I.A. since its foundation with translating documents and production of graphic materials. He currently lives in New York.

M.I.A. is a founding member of the Guatemala Peace and Development Network, GPDN.

Mujeres contra mujeres

Opinión | CONVERSANDO CON LA PSIQUIATRA

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi | crismodenesi@gmail.com

Este es un tema que se vive en la cotidianidad, sin embargo, no se toca de manera que se busque su entendimiento y abordaje. Con frecuencia oímos expresiones de que una mujer prefiere tener amigos y compañeros de trabajo que compartir con otras mujeres. “De otras ni me hablen, yo prefiero vivir sin amigas, que con problemas”.

La rivalidad femenina es una realidad al igual que la masculina, sin embargo, los hombres poseen a la sociedad a su favor. Debido a que convivimos en un sistema cultural en el cual lo masculino es más valorizado. Aunque, esto puede aún no ser apoyado por muchas personas. Lo cual es entendible, ya que, nacimos, crecimos y nos desarrollamos en esta cultura y por ende nos resulta tan natural.

Sin embargo, veamos algunos ejemplos: las mujeres competimos en el ámbito profesional con la desventaja de no ser reconocidas tan fácilmente. En medicina por ejemplo a las mujeres médicas en los hospitales les dicen: seños, mientras a los hombres, médicos o enfermeros les dicen, doctores. A la mujer en el ámbito de trabajo, en más de una ocasión, se espera que cumpla a cabalidad con el mismo y tal vez con un poquito más. Por el bien de la organización, por el bien de la gente, por el bien del país. De la mujer la sociedad no tiene como expectativa que sea exitosa profesionalmente y/o económicamente. Si lo es, qué bueno. Pero estos son adornos adicionales, lo que se espera es que la mujer sea madre y esposa.

Hablando de mujeres sin profesión, en el trabajo del campo, su remuneración ha sido menor que la de un hombre por una misma tarea realizada. Y de esta manera podríamos expresar invariables ejemplos.

Las mujeres desean ocupar un lugar en la vida social. Algunas veces, se mal ubican en estereotipos “de buena o mala mujer”. Todo con el fin de congraciarse y ser aceptadas, pero también, por su educación cultural enraizada a lo que se refiere ser mujer. Cada uno de estos estereotipos, tiene sus consecuencias negativas dentro de su calidad de vida y en su autoestima.

No existen buenas o malas mujeres per se. Se ha dicho, de las malas mujeres, quienes se atreven a apropiarse de su cuerpo y de su sexualidad. Pero, ojo, si seguimos el jueguito de la cultura patriarcal. Las mujeres corremos el riesgo de solo vernos como cuerpo y lo más deprimente, un cuerpo para otros.

Nuestra autoestima ha sido descrita como pandémicamente baja. Esto es un factor relevante en la rivalidad entre nosotras las mujeres. Porque si yo no me siento bien conmigo misma, cualquier situación que difiera o sea vista como llamativa en otra mujer. Cada cualidad diferente: el carisma, la inteligencia, la posición social, la belleza, la posición laboral, su estado civil, la presencia de hijos o no, la juventud, la madurez y así podríamos continuar…. Se convierten en motivos para ser antagonistas las unas vs. Las otras.

Todo lo anterior podría ser objeto de celos, envidias y malestar en la relación entre mujeres. De tal forma que una mujer en competencia rival trata de descalificar, criticar y expresarse mal de otra. Esto también nos duele, ya que ser mujer es difícil, pero podría ser más fácil sí unas a otras buscáramos mantener una conducta diferente hacia nuestro género.

Todo lo contrario a la rivalidad entre mujeres es la amistad, la solidaridad (sororidad). La relación constructiva, que nos desea el bien, y honesta entre nosotras las mujeres que contribuye al fortalecimiento de nuestra autoestima y a nuestro desarrollo personal. A sentirnos acompañadas en la adversidad, a que podamos contar con confidentes y con manos amigas; y que de manera genuina comprendan lo que nos pasa. Ya que compartimos de manera común, los mismos problemas.

http://www.lahora.com.gt/notas.php?key=74359&fch=2010-10-06