A CONTRALUZ: El retorno de las niñas

OPINION: Haroldo Shetemul

EL 3 DE NOVIEMBRE del 2006, una mujer desconocida secuestró a la pequeña Angiely, de dos años y medio, cuando jugaba en el patio de su casa, en Villa Hermosa, San Miguel Petapa. Desde entonces, su madre, Loyda Elizabeth Rodríguez, no ha parado de buscarla y ha hecho hasta lo imposible para poder recuperarla. En mayo del 2008, junto a otras tres progenitoras a quienes también les robaron a sus hijos, hizo una huelga de hambre frente al Palacio Nacional de la Cultura. Una semana después, la Procuraduría General de la Nación les mostró a los niños en disponibilidad de adopción. Una de las madres reconoció a su hija, pero Loyda no pudo encontrar a Angiely.

POSTERIORMENTE, cuando Loyda revisaba los expedientes del Consejo Nacional de Adopciones (CNA), se llevó una gran sorpresa. Esa institución, que había sido creada para detener las adopciones ilegales, había dado el visto bueno para la salida a Estados Unidos de una niña que tiene todas las características de Angiely. La madre asegura que la niña que aparece en esa fotografía es su pequeña hija. El único problema es que para darla en adopción, los delincuentes le cambiaron el nombre y ahora se llama Karen Abigaíl López. La niña salió del país rumbo a EE. UU., a fines del año pasado, en un proceso aprobado por el CNA.

EL PROCEDIMIENTO fue viciado. El juez de Niñez y Adolescencia de Escuintla, Mario Fernando Peralta Castañeda, no tomó en cuenta las pruebas de ADN que evidenciaban que la niña no era hija biológica de la supuesta madre, en cuyo expediente había cédulas y declaraciones falsas. Por ley, antes de declarar a una menor en estado de adaptabilidad, la foto de ésta debe ser publicada en el Diario de Centro América. En el caso de Angiely, publicaron la foto de otra niña. Para poder sacarla del país, los traficantes tramitaron un pasaporte con la foto de otra menor. En el aeropuerto nadie se dio cuenta de que la niña que salía no era la misma que aparecía en el documento. Ese procedimiento retorcido permitió que Angiely saliera del país para ser adoptada por la familia Monahan Vanhorn, en EE. UU.

ESA ES LA RAZÓN de que Loyda sea una de las madres que hacen una huelga de hambre desde hace una semana frente a la Corte Suprema de Justicia. A ella la acompañan Raquel y Olga, a quienes también les robaron a sus pequeñas hijas Cindy García (ahora llamada Cindy Colwell Thomas) y Kimberly Azucena Jiménez (Kimberly Azucena Ocheltree). Junto a ellas también se encuentra Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes, quien les ha dado acompañamiento y exige que los procesos de adopción de esas tres menores queden sin efecto y que las niñas retornen a sus respectivos hogares en Guatemala.

LA LUCHA de estas valientes mujeres es difícil, pero debe ser apoyada por todos los guatemaltecos, ya que representa la resistencia ante las mafias que durante años han empleado los procedimientos más crueles para arrancar a niños de sus madres para obtener fuertes ganancias. Es evidente que los padres adoptivos fueron engañados por los traficantes, pero ellos deben devolver a las niñas. La huelga de hambre que llevan a cabo estas madres es un llamado de atención para que no olvidemos el dolor y la angustia que significa que secuestren a niños como parte de un negocio millonario.


http://www.prensalibre.com/pl/2009/julio/22/327967.html

“me duelen las acciones de los malos, pero mas me duele el silencio de los buenos”

Por Carlos Ibáñez

“me duelen las acciones de los malos, pero mas me duele el silencio de los buenos”

Norbert Wiener

Hablar de la Trata de Personas dentro del contexto de las migraciones en ahondar en dos fenómenos distintos que en algún momento confluyen en tiempo, espacio y protagonistas.

Actualmente no existe país en el mundo que se encuentre libre de la presencia de fenómenos migratorios o de alguna de las modalidades de la Trata. Ya sea porque son países expulsores, de tránsito o receptores de migrantes ínter fronterizos o porque tienen esos movimientos dentro de su jurisdicción. En muchos casos, como en la situación particular de Guatemala, coexisten las tres.

Cuando se profundiza en las causas que originan la movilidad de las personas y las situaciones que vulnerabilizan a las personas para ser potenciales víctimas de trata, encontramos situaciones comunes. Ayer mismo escuchaba a la directora de una organización decir que el enemigo no es únicamente el tratante, sino también las condiciones sociales y estructurales que facilitan que las personas sean vulnerables a los mecanismos de captación y explotación que definen la trata.

Si bien anteriormente esta situación era conocida como trata de blancas por ser precisamente mujeres blancas europeas que eran llevadas con fines de explotación sexual hacia países de Europa del Este, Asia y África, actualmente esta situación ha cambiado haciendo de cualquier persona puede ser potencialmente una víctima de trata en cualquiera de sus modalidades: explotación sexual, explotación laboral, adopciones irregulares, mendicidad, comercio de órganos, matrimonios serviles, entre otras.

Aún antes del inicio del viaje, los tratantes han establecido sus redes como mecanismos de captación, falsas promesas de trabajo, estudios, mejores condiciones de vida se convierten en los ganchos con los cuales atraen potenciales víctimas, muchas veces con la ayuda de la misma familia o amigos. Durante todo el camino, los migrantes están propensos a ser captados por las redes existentes, quienes creando deudas de viaje, coartando la libertad, bajo amenazas, engaños o violencia entre otras, le convierten en víctimas Independientemente de la modalidad, la sutileza o la crudeza con la cual se manejen sus características, la trata constituye una acción que violenta el bienestar de las personas que son víctimas de ella y deja secuelas que deben ser atendidas para asegurar su salud y bienestar, dentro de espacios sociales que brinden seguridad y respeto.

Al desarraigar a una persona de su lugar habitual, limitarle su libertad y explotársele para beneficios económicos de terceros, se le está afectando no solo física sino también en los aspectos emocionales impidiéndole tener el pleno control de sus vidas. Esta situación es una clara violación al derecho a una vida digna, acorde con la calidad humana que nos corresponde intrínsecamente.

La explotación sexual comercial (el turismo sexual, la pornografía infantil, la prostitución forzada), el trabajo forzado ya sea agrícola, manufacturero o de cualquier otra índole, la mendicidad, las adopciones irregulares, el matrimonio servil, el comercio de órganos humanos, son algunas de las modalidades bajo las cuales muchas personas se convierten en víctimas de trata de manera cotidiana, ante la mirada muchas veces indiferente de los espectadores para quienes esa persona es “culpable de su situación”.

La lucha por evitar que más personas sigan siendo víctimas de trata, el rescate y atención a quienes ya se encuentran inmersas en ellas y la persecución penal de los tratantes, requiere de acciones conjuntas entre organizaciones que ya trabajan el tema de manera directa y aquellas que atienden a poblaciones susceptibles de ella. Implica también el reconocimiento del problema mismo y de sus diferentes modalidades junto con la visibilización pública del problema.

Ante esto necesitamos un estado que asuma responsablemente su deber de velar por pleno desarrollo de las personas. Un estado decidido a desarrollar las acciones de prevención, y atención de víctimas. Un estado que cumpla con su función tutelar de velar por el respecto de los derechos humanos de todas las personas. Así como, un estado que realice la persecución legal necesaria y aplique sanciones que realmente disuadan de continuar en esa actividad a los tratantes.

A la vez necesitamos una sociedad civil mas proactiva y articulada en el combate a la trata, que a la vez se constituya en monitora de las acciones del estado, y en observadora del fenómeno para advertir cualquier modificación que se de en sus mecanismos de captación, traslado, acogida o explotación de las víctimas.

Pasar al lado con esa mirada indiferente y actitud culpabilizadora es algo que debe quedar en el pasado y en lugar de ello, la eliminación de toda modalidad de trata de personas, debe ser parte de nuestro actuar en la búsqueda del desarrollo humano de la persona.

Madres exigen justicia

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Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes, encabeza una huelga de hambre que hará junto a dos madres, por la falta de justicia en procesos por adopciones ilegales.

Por claudia acuña

Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes, comenzó ayer una huelga de hambre que no depondrá hasta que los juzgados decreten la nulidad de tres procesos de adopción con procedimientos ilegales.

Sin embargo, cuando la salud de Cruz sea afectada por esa protesta, será relevada por una madre cuya hija le fue arrebatada de los brazos y dada en adopción.

Cruz expresó: “Conforme me deteriore físicamente, una de las madres asumirá mi lugar. No nos iremos hasta que nos den la nulidad de los tres procesos de adopción”. Las menores están con sus familias adoptivas en Illinois, Iowa y Louisiana, EE. UU.

Las madres han sido víctimas de intimidación desde hace 15 días, por lo que están bajo protección. Una de ellas tuvo que ser trasladada de su casa, junto a su familia, en prevención.

En su pronunciamiento, Cruz exhortó al presidente Álvaro Colom para que el Ejecutivo tome una postura al respecto. Le exige al Legislativo la aprobación de un punto resolutivo de apoyo a las madres de las niñas.

Agregó que tiene que haber una reparación del Estado para estas madres, porque fueron víctimas de funcionarios que permitieron las adopciones de sus hijas, con documentos falsos.

Las niñas Arlen Escarleth López López, Angieli Hernández Rodríguez y Heidy Sarai Batz Par fueron entregadas a otras familias, con identidades falsas, por medio de un fallo judicial.

La Fundación Sobrevivientes solicitó que se le retire la inmunidad a Mario Fernando Peralta Castañeda, juez de la Niñez y Adolescencia, de Escuintla, a quien señala de haber participado en un proceso anómalo de adopción de una niña de 4 años.

Síntesis
Principales hechos

Las adopciones de tres niñas guatemaltecas con identidades falsas ha sido señalada por la Fundación Sobrevivientes, que exige justicia.

• Desde 2006, cuando las niñas fueron arrancadas de los brazos de sus madres, éstas han mantenido una lucha constante para determinar el paradero de sus hijas.

• La bebé Angieli Hernández fue identificada como Karen Abigaíl López García, y ahora recibe el nombre de Karen Abigaíl Monahan Vanhorn.

• Arlen Escarleth fue presentada en el proceso de adopción como Cindy García, y ahora lleva el nombre de Cindy Colwell Thomas.

• Heidy Saraí, identificada como Kimberly Azucena Jiménez, es ahora Kimberly Azucena Ocheltree.

• El 23 de marzo último, el Ministerio de Gobernación ofreció una recompensa de Q100 mil a quien diera información comprobada del paradero de Angieli Hernández.

• Tres días después se descubrió que la menor había sido adoptada por los esposos Monahan, tras haber sido declarada en abandono por el juez de la Niñez en Escuintla, Mario Fernando Peralta Castañeda.

Víctimas en tiempo de paz superan a las de la guerra

La violencia causa un promedio de 17 muertes a diario en Guatemala, uno de los índices más altos de Latinoamérica.

La violencia causa un promedio de 17 muertes a diario en Guatemala, uno de los índices más altos de Latinoamérica.

Por Cristina Bonillo

El conflicto armado terminó de manera oficial hace 13 años, pero solo sobre el papel, ya que las cifras de la violencia superan en la actualidad las de aquellos tiempos e impiden a la población gozar de la libertad y la seguridad propias de los países en paz.

Esto, además de los constantes cambios de autoridades en el Ministerio de Gobernación, los planes de seguridad fallidos y la falta de capacidad policial, hace que internacionalmente Guatemala sea calificada como un país altamente peligroso para nativos y turistas.

Desde 1997 —luego de la firma de los acuerdos de paz— se han producido en el país casi 60 mil asesinatos de hombres y mujeres, cifra que coloca al país en uno de los peores lugares del mundo sobre tasa de crímenes, que alcanzó en el 2008 los 48 homicidios por cada cien mil habitantes

Las cifras del conflicto hablan de 200 mil víctimas y desaparecidos, según los informes de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) y de la Recuperación de la Memoria Histórica (Rehmi), lo que señala una media de cinco mil 500 asesinatos al año. La anual de los 13 años de paz es de algo más de cuatro mil 600 asesinatos, con una tendencia al alza, lo que no supone una gran diferencia entre la paz y la guerra

La Organización Mundial de la Salud estipula como un índice normal de criminalidad de cero a cinco homicidios por cien mil habitantes al año. Las sociedades que superan este rango se encuentran en una situación de alerta y enfrentan un problema de criminalidad epidémica que requiere un abordaje especial. “Desde el punto de vista de la salud, Guatemala está enferma”, explica Sergio Morales, procurador de los Derechos Humanos

Helen Mack, de la Fundación Myrna Mack, asegura que esta es “una guerra nueva, porque prevalece el mismo terror y las mismas características de impunidad. La corrupción se democratizó”, denuncia. “En tanto las políticas de seguridad no sean del Estado, seguiremos viendo cambios como el último del ministro de Gobernación, con el que son cuatro en un año y medio. Así es imposible avanzar, no hay continuidad”, añade.

El problema también es grave desde el punto de vista económico. Una publicación del PNUD-Guatemala en el 2006 asegura que el costo de la violencia fue de Q17.9 millones, y parece que las cantidades aumentan. Según proyecciones de expertos en criminalidad, el 2009 podría ser el año más violento desde la firma de la paz, puesto que debido al ritmo actual, habrá más de siete mil homicidios, con lo cual se superarán las 17 muertes violentas diarias en promedio de la actualidad, cifra inédita hasta ahora en el país

Esta situación ha propiciado que Guatemala se encuentre en uno de los últimos lugares del Índice Global de Paz 2009, en el que se miden varios criterios para determinar el nivel de concordia en el que vive un país

Entre éstos están los altos niveles de criminalidad, el alto índice de homicidios por habitante, la facilidad para poseer un arma y la falta de respeto por los derechos humanos. La conflictividad social causa que los niveles de violencia anual recuerden los de una guerra convencional

Sandino Asturias, analista del Centro de Estudios de Guatemala, explica: “La violencia del pasado —guerra civil— fundamentalmente era una política de Estado, por lo cual se instauró todo un mecanismo de impunidad total que se mantiene en la actualidad. Si se hubieran corregido los excesos, hoy no tendríamos los niveles de violencia que tenemos”

La CEH identificó en su informe de 1999 sobre el conflicto las causas que lo generaron, las cuales aún perviven en la sociedad guatemalteca, de acuerdo con estudios actuales efectuados por entidades nacionales e internacionales; por ejemplo, el racismo, la desigualdad extrema y un sistema imperante de injusticia institucional

Otro factor importante en la continuidad de la violencia es la gran cantidad de armas que circula en el país. El Departamento de Control de Armas y Municiones (Decam) tiene registro de tenencia de 375 mil armas de todo tipo, pero diversas organizaciones creen que hay al menos 500 mil más en posesión ilegal

De acuerdo con Asturias, en 1997 se vendieron 21 millones de municiones legalmente en el país. En el 2008, en lugar de reducirse esta cantidad, la cifra de municiones vendidas superó los 50 millones para consumo interno. “Si vienes de un país en conflicto, con una justicia débil y además has permitido que la gente se arme, que la criminalidad esté mejor armada que las fuerzas de seguridad, las armas se convierten en el mecanismo de confrontación y resolución de conflictos”, refiere

El auge del negocio de las armas se refleja en las cifras de la violencia: en 1997, el 40 por ciento de los homicidios se producía con arma de fuego. En el 2008, la cantidad de asesinatos cometidos por este medio superaba el 85 por ciento.

Cultura de la impunidad

El 98 por ciento de los delitos que se cometen en el país queda en la impunidad. “Tenemos problemas irresueltos. No se ha logrado obtener un modelo de desarrollo económico y social justo y equilibrado, el fondo de todo tiene que ver con la desigualdad y la injusticia”, expone la diputada Nineth Montenegro.

La aparición de nuevos fenómenos, como el narcotráfico, el crimen organizado y la corrupción, ayuda a mantener el sistema de impunidad en el país. “Guatemala tiene que entrar en serio a librar una batalla frontal en sus diversos fenómenos de crimen organizado, desde el Estado, pero no se ha visto voluntad política para erradicar ese cáncer que se está comiendo el país”, critica Montenegro.

“Si el Estado no desarrolla mecanismos para corregir estas conductas, entonces éstas se mantienen en el tiempo. Se mata, porque no pasará nada”, opina el analista político Sandino Asturias.

¿A quiénes asesinan?

Uno de los aspectos que ha cambiado en relación con la época del conflicto armado es las víctimas de la violencia.

En aquel momento, la violencia estaba focalizada en los grupos opositores y tenía tintes políticos, pero hoy en día se ha generalizado, y los grupos de población más afectados son los jóvenes y las mujeres. Según datos de la Policía Nacional Civil y la Procuraduría de los Derechos Humanos, en el 54.24 por ciento de los homicidios cometidos las víctimas fueron jóvenes de 16 a 30 años, y el 10.91 por ciento fue mujeres. Los más de los expertos aseguran que residir en Guatemala es hoy mucho más peligroso y difícil que antaño.

De la misma opinión es Raquel Zelaya, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies). “Hay todo tipo de manifestaciones de peligro para la ciudadanía, y por encima de todo está la percepción, nos sentimos inseguros”, sentencia.

Postura: Tema pendiente

Raquel Zelaya, firmante de los acuerdos de paz e integrante de la Asies, señala que “los primeros temas que no se han cumplido de lo firmado en los acuerdos giran en torno a lo institucional: lo primero es la Policía Nacional Civil, que no es la institución que se incluyó en la firma”.

En el tema legislativo, Zelaya señala que una de las necesidades estriba en la reforma a la Ley de Orden Público, que aún tiene tintes de “autoritarismo”.

Otro punto es la regulación y control de los servicios privados de seguridad.

“Financiar un Estado contrainsurgente es mucho más barato que financiar un Estado democrático, que viene con sus instituciones; ahí estamos sumamente mal”, refiere.

Acerca de las cifras de la violencia, Zelaya expone que no solo se asemejan a las de un conflicto, sino que también son “las de un Estado cuyas instituciones de justicia están dando señales de mucha impunidad”.

OPINIONES

Nineth Montenegro: Diferencias y similitudes

“Antes sabíamos quién nos perseguía y por qué; ahora no sabemos de dónde va a llegar la bala, ni siquiera los motivos”, declara la diputada de Encuentro por Guatemala Nineth Montenegro, quien afirma que, aunque la situación es distinta porque obviamente se eliminó el tinte político de la persecución, hay similitudes en el peligro que persiste para el ciudadano.

Sandino Asturias: Nuevos enemigos

Según Sandino Asturias, del Centro de Estudios de Guatemala, ha cambiado el enemigo, que hoy “son las maras, los jóvenes en riesgo”, pero lo que prevalece es la mentalidad y “el pensamiento de que para acabar con el conflicto debe hacerse de manera represiva, en lugar de preventiva”.

Sergio Morales: Crueldad

El procurador de los Derechos Humanos opina que nos encaminamos hacia el año más violento en el país, y no solo en la cuestión de cifras. “Estos números demuestran la gravedad de la situación, pero es cualitativamente terrible, porque las crueldad con que se mata es terrible”, constató el magistrado de Conciencia.

DATOS

Las cifras del conflicto armado

El número de víctimas que causó el conflicto armado interno en Guatemala no se conoce con exactitud, pero las estimaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) indican que fueron 200 mil durante la guerra que se extendió desde 1960 a 1996. El 83.3 por ciento pertenecía a las etnias indígenas del país.

El informe de la CEH detalló 626 masacres e identificó los años de 1978 a 1983 como los más sangrientos.

Se documentaron 42 mil víctimas, aunque existió un subregistro, porque fue elaborado de 1996 a 1999, cuando el conflicto estaba muy reciente, por lo que muchas personas no se atrevieron a hablar.

Este estudio atribuyó al Ejército el 94.8 por ciento de las matanzas, y a la guerrilla el 5.11 por ciento.

Entre las principales causas que motivaron el conflicto, la CEH citó injusticia estructural, cierre de espacios políticos, racismo, institucionalidad excluyente y antidemocrática y falta de voluntad de impulsar reformas sociales que redujeran los conflictos estructurales.


http://www.prensalibre.com/pl/2009/julio/12/322470.html

Preocupa registro de violencia intrafamiliar

Por Cristina Bonillo

Las cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sobre 44 mil casos de violencia intrafamiliar entre el 2007 y el 2008, preocuparon a las autoridades del Gobierno y a grupos sociales.

Las instituciones encargadas de recibir ese tipo de denuncias trasladan un documento al INE, el cual es compilado para establecer la cantidad de casos y el perfil de las víctimas y los agresores.

Las boletas son registradas en la Policía Nacional Civil, juzgados, bufetes populares, la Procuraduría General de la Nación y la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), y luego son trasladadas al INE.

Delia Castillo, representante del Organismo Judicial en la Comisión Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar, afirmó que existe subrregistro.

Añadió que el Organismo Judicial recibió, solo en el 2008, 47 mil denuncias.

Esa situación demuestra que las cifras publicadas por el INE aún no registran todos los casos que ocurren en el país.

Parte de este subrregistro se debe a la falta de cultura de denuncia y a la “costumbre del silencio” que se ha impuesto, en especial, a las mujeres guatemaltecas, explicó Castillo.

Otros factores que impiden que las mujeres denuncien son la dependencia económica de éstas hacia su agresores, la crítica social y los estereotipos como que quien es víctima de agresiones de ese tipo es por que hizo algo para merecerlas, lo cual es falso y erróneo, según la funcionaria.

Castillo hizo énfasis en que esa cultura se debe cambiar.

Falta de conciencia

A lo anterior se suma que “las instituciones muchas veces no atienden bien”, señaló Castillo.

Reconoció que se hacen esfuerzos por sensibilizar al personal de las 831 delegaciones de diversas instituciones del Estado donde se reciben denuncias.

Añadió: “A veces no es fácil cambiar una mentalidad ancestral que conviene a los hombres mantener porque les da privilegios”.

Según los datos que arroja el estudio respecto del 2007, la mayoría de las víctimas son mujeres, ladinas, de zonas urbanas y que no trabajan.

El departamento donde más se registran hechos de violencia intrafamiliar es la capital, y donde menos ocurren es Izabal, aunque eso no es señal de que no haya violencia, sino de que puede haber más miedo a denunciar, expresó Sandra Lucrecia Sasso, del INE.

La violencia contra las mujeres es principalmente física, aunque empieza con la agresión psicológica, la cual no se registra, declaró Ana Gladys Ollas, defensora de la mujer de la PDH. ,

Esta institución recibió 246 denuncias por violencia intrafamiliar, de enero a junio de este año.

Sonia Escobedo, secretaria presidencial de la Mujer, dijo: “La violencia no está creciendo, pero sí está creciendo el nivel de denuncia y hay un mejor registro”.

Afirmó que en el 77.1 por ciento de los casos en que las mujeres son víctimas de violencia el agresor es el esposo, la pareja o el ex cónyuge.

Síntesis: Denuncias

Las denuncias han aumentado:

• En lo que va de 2009, la Policía detuvo a 893 personas, por violencia intrafamiliar.

•  En 2008, la cifra de detenidos por este delito ascendió a dos mil 108.

• En 2008, el Organismo Judicial registró 47 mil denuncias de violencia intrafamiliar.

•  Los jueces dictaron el último año unas 35 mil medidas de alejamiento de los agresores.

•  En el resto de casos hubo “conciliación” .

http://www.prensalibre.com/pl/2009/julio/09/326960.html

Fiscalía recibe al menos 600 denuncias mensuales

Diario La Hora — Nacionales
Violencia: Agresiones a mujeres se investigan poco
Gerson Ortiz / lahora@lahora.com.gt

De más de 600 casos que ingresan a la fiscalía de la mujer del Ministerio Público, un promedio de 1 por ciento ha concluido en una sentencia condenatoria.

De más de 600 casos que ingresan a la fiscalía de la mujer del Ministerio Público, un promedio de 1 por ciento ha concluido en una sentencia condenatoria.

La Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público (MP) recibe más de 600 denuncias mensuales sobre casos de violencia sexual; sin embargo, la impunidad es característica también en estos casos.
De un total de 3 mil 401 denuncias ingresadas de enero a mayo del año en curso, sólo 68 de los sospechosos de agresión han sido enviados a la cárcel; la Fiscalía ha solicitado 224 órdenes de captura de las que 156 están pendientes ejecutar.
El clima de violencia contra las mujeres se torna complejo ya que a criterio de analistas, la cantidad de efectivos policiales para brindar atención a las víctimas es insuficiente, a ello se suma la falta de investigadores y, por ende, de una efectiva persecución penal contra los agresores; lo que genera un alto porcentaje de desistimientos por parte de las propias agredidas.
IMPUNIDAD
Blanca Sandoval, titular de la Fiscalía de la Mujer explicó que el trabajo de la institución está en “realizar una investigación responsable y determinar la existencia o no del delito, posteriormente si se establece que hubo delito se procede la solicitud de aprehensión”, indicó.
Respecto a los escasos resultados en las pesquisas, la investigadora indicó que el principal obstáculo en muchos de los casos “es la propia víctima que está envuelta en el círculo de la violencia y no se da cuenta del riesgo que corre delante del agresor y permanece con él, desistiendo de todas las acciones que ha iniciado”, declaró; y agregó que la Fiscalía se ve afectada por los desistimientos y la falta de acompañamiento dentro del proceso y en el debate.
Sandoval explicó que la Fiscalía cuenta con los recursos para documentar el hecho, tomar fotografías (en casos de violencia física) y de realizar informes médico forenses y sicológicos que ilustren el daño que la víctima ha sufrido, desde que esta se presenta a poner la denuncia. La Fiscal agregó que las principales víctimas de violencia sexual son las mujeres, las niñas y los niños.
PUNTO DE VISTA
Javier Monterroso, analista del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales, opinó que la principal causa de la impunidad es la falta de investigación: “los casos de delitos sexuales requieren una investigación científica mayor a la delitos comunes, ya que se necesitan analizar fluidos, ADN, sangre, huellas dactilares; entre otras pericias científicas que el país capacidad de hacer”.
Monterroso agregó que, aunque Inacif ha avanzado en ese tema, el MP no solicita en muchos casos las pruebas necesarias para fundamentar una investigación.
A criterio de Monterroso existe incapacidad del MP para darle seguimiento a los casos, pero enfatizó que se necesita una Policía de investigación criminal que haga las pericias necesarias en los casos de delitos sexuales: “debería existir una unidad de investigación, dentro de la PNC que se especialice en indagar delitos sexuales.
El analista dijo finalmente que “de la víctima no depende el impulso del proceso” y que es el MP el que debe seguir la denuncia independientemente que la víctima quiera o no. Además, indicó que existen otras vías como las salidas negociadas, que podrían contemplar que el agresor se sometiera a tratamientos, conciliara con la víctima y reparara el daño, enfatizó.
COMPLEJIDAD
Norma Cruz, Directora de la Fundación Sobrevivientes, opinó que la cultura del miedo por medio de las amenazas e intimidaciones son las que generan el arrepentimiento de las víctimas en cuanto al seguimiento de los casos abiertos.
Cruz describe con complejidad la situación: “Una gran limitante es que en la Policía Nacional Civil es insuficiente para brindar protección a las mujeres víctimas, eso hace que no acudan de forma inmediata cuando estas necesitan el auxilio; al mismo tiempo genera que los agresores estén en la calle atemorizándolas y por ello prefieren dejar a un lado la denuncia”.
Para Cruz, cada mujer que rompe el silencio debería contar con un agente de la PNC que la cuide; y agregó que en muchos casos, los agresores están mejor armados que la propia Policía “hay casos de agresores que andan con AK 47 y son parte de grupos del crimen organizado”, expresó.
ESTADÍSTICAS
• Aproximadamente 600 denuncias mensuales ingresan al MP, las principales víctimas son mujeres, niñas y niños.
• De un total de 3 mil 401 denuncias recibidas de enero a mayo, sólo 68 agresores están en prisión preventiva.
• De 224 órdenes de captura que ha solicitado la Fiscalía en 2009, 156 están pendientes ejecutar.
• El MP ha logrado siete sentencias condenatorias por violencia contra la mujer en procedimiento común y abreviado.
http://www.lahora.com.gt/cmmn/notasprn.php?key=51713

Analizarán cuentas de implicados en asesinato de monseñor Juan Gerardi

POR CORALIA ORANTES
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El Ministerio Público (MP) investiga las cuentas bancarias de por lo menos tres personas que aún se encuentran en investigación por el asesinato de monseñor Juan Gerardi Conedera.

El fiscal Jorge García informó que ya quedó en firme la sentencia contra cuatro personas que fueron halladas responsables del asesinato del obispo, lo cual abrió la opción de investigar a 12.

Entre los investigados están Rudy Pozuelos Alegría, ex jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP); Francisco Escobar Blass, ex segundo al mando del EMP; Eduardo Villagrán, ex jefe de Servicios de esa dependencia; René Alvarado, quien fungía como secretario del EMP; Julio Meléndez y Darío Morales, agentes que llegaron a la escena del crimen.

Entre las pesquisas también se tomó declaración de algunos testigos.

http://www.prensalibre.com/pl/2009/marzo/03/298963.html

Reportaje: Amores que matan

La cultura del machismo como fundamento de los feminicidios

Mario Cordero — mcordero@lahora.com.gt

Radio antiguo

La radio se ha convertido en un artefacto esencial en los hogares. A la calidez de sus sonoras ondas, los trabajos domésticos se hacen más tragables. Quizá, una buena emisora de música romántica, de vez en cuando arranque un suspiro que se haya apelmazado en el fondo del alma de la radioescucha; y mientras sueña en un artista, la realidad que vive es otra. Hoy queremos revisar nuestras relaciones de pareja, tal vez no todas, pero quizá sí las más usuales, en donde la mayoría de personas, pero sobre todo mujeres, tienen problemas para convivir con la otra persona.

Las relaciones personales y amorosas de Latinoamérica son, por demás, tortuosas. Sólo baste escuchar dos o tres canciones en la radio, en donde podría emitirse el “ya no estás más a mi lado, corazón”, de un bolero que se escucha en la lejanía.

Muchas personas que la música, sobre todo la popular, tienen implícita relación con sus vidas. Hoy veremos que tal vez sí.

MÁTALAS

Amigo, ¿qué te pasa, estás llorando? Seguro es por desdenes de mujeres; no hay golpe más mortal para los hombres que el llanto y el desprecio de esos seres. Amigo, voy a darte un buen consejo, si quieres disfrutar de sus placeres: consigue una pistola -si es que quieres-, o comprate una daga -si prefieres- y vuélvete asesino de mujeres. Mátalas, con una sobredosis de ternura, asfixialas con besos y dulzura, contágialas de todas tus locuras. Mátalas, con flores con canciones no les falles, que no hay una mujer en este mundo que pueda resistirse a esos detalles“. (ALEJANDRO FERNÁNDEZ)

Y de la canción nos pasamos a la vida real. Y aunque se hable de sentido metafórico, en Guatemala parece que no entendemos las metáforas, y nos vamos directo al grano. Según cifras ya oficiales, para el año pasado, se reportaron un total de 722 feminicidios.

Pies

Habrá que recordar que el feminicidio es la nueva tipificación que prevalece desde abril del 2008 -cuando se aprobó la ley- en la cual se establece que es el asesinato contra la mujer, cuando implica un ingrediente adicional en que el hombre quiere demostrar su superioridad a la fémina. Y, en buen chapín, básicamente se demuestra a través de golpes -o hasta tortura- previos, violaciones sexuales, y su posterior muerte.

En el recién finalizado enero de este año, ya se ha establecido la cifra oficial: 44 feminicidios. Si se sigue en esa tendencia, se podría esperar un promedio de 600 feminicidios al final del año. El 2008 fue una terrible excepción a la regla, porque se superó el promedio de seis centenares de víctimas que venían sucediendo desde principios de siglo.

Según los datos recopilados en todos estos casos, se sabe que la edad promedio de las víctimas está entre los 18 y 39 años de edad, en la cual sufrieron torturas, violaciones y, por fin, el asesinato, con arma blanca o arma de fuego.

A la larga, en los últimos cinco años, la cifra adquiere dígitos espantosos: 2 mil 800 víctimas.

TÓMAME O DÉJAME

174674La radio vuelve a sonar y se escucha otra canción. “Tú me admiras porque callo y miro al cielo, porque no me ves llorar, y te sientes cada día más pequeño y esquivas mi mirada en tu mirar”. (MOCEDADES)

¿Quién comete todos estos asesinatos? Pues, bien. Podríamos estar enfrentando al asesino en serie más sanguinario de toda la historia. Porque, en la mayoría de casos, el feminicida tiene nombre y apellido, y usualmente ha amenazado por mucho tiempo antes de matar: el marido. A veces, otros parientes, como el padre o el hermano. Todo, relacionado en una red de protección familiar.

Y es que, aunque los asesinatos ocurran fuera de casa, se sospecha que en la mayoría se debe a la culminación trágica de un largo ejercicio de violencia intrafamiliar.

Actualmente, el Ministerio Público investiga más de 2 mil denuncias por violencia intrafamiliar, pero la cobija que resguarda dentro de las casas, hace difícil siquiera que haya mujeres interesadas en testimoniar.

En el Organismo Judicial, se reciben en promedio cada año unas 40 mil denuncias por violencia intrafamiliar. Sin embargo, miles permanecen en el silencio, ahogadas en el llanto; pero es más el número que se queda en el archivo de los Tribunales.

Expertos opinan que la mayoría de casos son difíciles de juzgar y perseguir, porque la tipificación del delito se hace con elementos que tienen que ver con el entorno familiar y con la violencia doméstica, delitos que son difíciles de perseguir, porque se dan bajo el “cálido” techo del hogar, y ante el silencio martirizante de mujeres y menores de edad.

Pero más difícil aún es el panorama que presenta el sistema del crimen organizado incrustado en el país. Y es que la mujer usualmente es la principal defensora de la unidad familiar, y de la integridad de los menores. Por lo que en casos de robos de niños para la adopción familiar, tráfico de órganos, tráfico de menores para la prostitución, en muchas ocasiones podría optarse por matar a la mujer para evitar este “obstáculo”; y mientras eso ocurre, las autoridades simplemente llegan a tipificarlo como “violencia intrafamiliar”.

Uno de los mayores indicios de la persistencia del crimen organizado dentro de los feminicidios, es la práctica habitual de que las mujeres aparezcan muertas, con señales de tortura, dentro de una cuneta, y no muertas a cuchilladas por un “crimen pasional” del esposo.

Sin embargo, todo esto es parte de un sistema machista que se ha encajado como la ideología reinante en el país. Nuestra sociedad acepta la agresión contra las mujeres como una práctica normal, incluso “divina”.

NIÑEZ

174675La radio sigue sonando, y ahora se pone muy norteña: “En la puerta de la iglesia llora un niño, en su interior una boda celebraban. En una choza una mujer se está muriendo, ella es la madre de aquel niño que lloraba. (…) Dios te bendiga y te perdone padre ingrato, siguió llorando con el alma hecha pedazos.” (TIGRES DEL NORTE)

Una de las grandes víctimas colaterales de los feminicidios es la niñez. Al menos se conocen los casos de 80 menores de edad que quedaron desprotegidos por la muerte de la madre, y por la consecuente partida (o captura) del padre.

Pese a que ésta es una consecuencia común, el país aún hace esfuerzos para implementar programas para atender a huérfanos que quedan por los feminicidios.

Usualmente, el niño desprotegido busca cobijo en la casa de la abuela materna o con tíos. Pero, en muchos casos, el infante no tiene a dónde ir, porque muchas de las víctimas de los feminicidios son centroamericanas residentes en el país, quizá salvadoreñas y nicaragüenses, y no tienen familia en el país.

Y como si se tratase de una fórmula mágica, las mujeres que sufren de violencia intrafamiliar y posterior asesinato, usualmente dejan en la orfandad a bastantes niños, entre dos y cinco.

CULPABLE SOY YO

174676No te engaño al pedirte perdón, por el daño que pude causarte, no des vueltas buscando un culpable: culpable soy yo. Por haberte tenido olvidada, por dejar que muriera el amor, por haberte negado mi mano: Culpable soy yo“. (JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ, EL PUMA)

La lucha contra los feminicidios y la violencia intrafamiliar parece que empieza a encaminarse, luego de que Calixto Simón Cun fue el primer condenado en un caso bajo la luz de la Ley Contra los Feminicidios. Pese a que se le pidió la pena máxima, se le condenó a cinco años de prisión, debido a agresiones físicas y psicológicas en contra de su ex conviviente, Vilma de la Cruz.

Cun fue capturado por las fuerzas de seguridad el 2 de junio del año pasado, cuando en plena vía pública agredía físicamente a su esposa, Vilma de la Cruz, de 34 años de edad.

EL REY

Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley; no tengo trono ni reina ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey” (JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ)

Pero, pese a todo, el panorama aún es desolador. Según cálculos de las organizaciones de defensa de la mujer, al menos el 98 por ciento de la violencia contra las féminas permanece en la impunidad.

De las más de 700 mujeres asesinadas durante el año pasado, poco o nada se ha logrado o ha avanzado su investigación.

Esto va en sintonía con la sabida impunidad imperante en el país, no sólo en el sistema de justicia, sino que en general. Los grupos de defensa hacen énfasis, también, en la aprobación de la Ley de Armas y Municiones, ya que la mayor parte de las víctimas de feminicidio mueren a consecuencia de armas de fuego.

En 2006, Guatemala comenzó a contar con equipos de investigación de la escena del crimen, los operadores de Justicia ya hablaban sobre una perspectiva de género y se inició la discusión del marco legal con el que hoy se cuenta a raíz del diálogo interparlamentario entre México, España y Guatemala.

http://www.lahora.com.gt/notas.php?key=44325&fch=2009-02-14